Todo y nada a la vez.

Nadie se hace una idea de lo que siento por ti, lo que mi cuerpo siente cuando me rozas, lo que mi corazón siente cuando te veo y voy hacia ti con la mayor de mis sonrisas. Tú siempre estabas junto a mí, y eso es todo lo que necesitaba, la gente no entendía nuestra complicidad, nuestras bromas, nuestras miradas, pero no importaba lo que opinara el resto del mundo si te tenía a mi lado. Me gusta todo de ti,  tus tontas manías, tus bromas asquerosas, tu acento, tus abrazos, tus labios suaves, creo que me gustan hasta nuestros enfados, porque siempre viene ese momento que nos reímos de lo que ha pasado, siempre volvemos al punto de partida. Como duele no verte, no escuchar tu voz, sentir que todo lo que hemos vivido tiene y debe quedar en el pasado, en un pasado donde yo era más que feliz. No comprendo cómo han cambiado las cosas, como cuando estas lejos no soy yo, no me rodea esa felicidad, esa alegría, esas ganas de conseguir un beso, y cuando casi lo consigo echarme para atrás.  Hoy solo quiero gritarte un quédate conmigo y ver juntos las estrellas en nuestra playa, en la playa que tantas veces hemos hablado.