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18 agosto 2012

Stop

Pulso el botón, tengo prisa y el ascensor no llega, un piso, solo queda uno. Se abre y estas ahí, el chico más atractivo del edificio, entro con seguridad, quiero volverte loco con un solo movimiento. A tu lado, no puedo dejar de mirarte, aunque sea de reojo. Una señora me mira, intuye lo que estoy pensando, pulsa el botón, el número 7, solo quedan dos pisos. Muerdo mi labio, me ves y sonríes. Por fin solos, doy dos pasos, espero un momento y pulso el mejor de los botones, quiero frenar este ascensor, parar el tiempo y comenzar la aventura más excitante.

Muerdo mi labio y te beso con pasión, contra el frio espejo, encuentras mi punto débil, lentamente tu lengua se desliza por mi cuello, mi piel caliente encuentra placer en tus caricias, entre tus brazos, tus besos aceleran este deseo por ser tuya. Una mirada es la señal, desabrocho poco a poco los botones de tu camisa, y toco tu perfecto torso. Quiero que esto fluya, que tu cuerpo arda por culpa del deseo, y que corras hacia el placer que provoca un gemido. Me quitas rápidamente la blusa, muerdo mi labio al ver como deslizas tu lengua por el labio cuando ves mi sujetador, lo desabrochas. Me haces cosquillas al chupar mi pezón, lo lames con cuidado, juegas con él. Bajas mi pantalón, tus dedos dentro de mí, los mueves a la perfección, calientas mi cuerpo, quieres excitarme porque deseas que ahora sea yo quien sea terriblemente mala.

En el sucio suelo, mantenemos una relación aun más obscena, mis dedos se deslizan por tu cuerpo, hasta llegar a tus pantalones, desabrocho el botón, me deshago de tus calzoncillos. Encontré el premio, rodeo con mis manos tu miembro, las muevo lentamente mientras te miro. Juego a darte placer con mi boca, mi lengua recorre cada centímetro, hasta llegar a la cima, la beso, y no puedo evitarlo, mi instinto me lo pide, muerdo suavemente. Escucho un: No seas mala –mientras sonríes-. Te miro, agarras fuertemente la barra, Inclino la cabeza, mi lengua juega, mis labios se deslizan por tu miembro. Te tengo dentro de mi boca, mi cabeza baja y sube lentamente, presiono con mi lengua, tocas mi cabeza, y aumento el ritmo. Me excita escucharte gemir.

Mi mano sobre el espejo que mis suspiros van empañando poco a poco, agarro con fuerza la barra, el plato fuerte es tu ritmo de cadera, que hace que mi cuerpo disfrute y que mis sentidos se pierdan hacia el placer más deseado. Muerdo mi labio, tus manos en mi cintura, y notar tu piel hace que pierda la timidez a pedazos al gritar tu nombre. Movimientos sucios, escucho tu voz, siento una leve brisa por mi nuca, acompañada de gemidos, dulce melodía ¿no crees? Agarras mi brazo, cambiamos de posición, beso tu cuello, quiero morder tu oreja, pero me lees el pensamiento y rápidamente coges mi pierna, la subes y aprietas fuerte mi muslo. Vuelves a penetrarme, lento, suave, haces que mi cuerpo enloquezca por momentos, clavo mis uñas mientras entras y sales de mi cuerpo, no puedes parar, aumentas el ritmo a la misma velocidad que se multiplican los jadeos. Se escapa una tímida sonrisa, me excita el hecho de que puedan pillarnos, dos desconocidos encerrados voluntariamente, un deseo, algo más que sexo salvaje en un ascensor. Muero de placer, eres el pequeño gran placer, la aventura más emocionante. Cierro los ojos con fuerza, deseo repetir una y otra vez, en distintos lugares, en la ducha, en la calle, en una plaza hasta en la terraza del edificio más alto de esta ciudad.

Es el último esfuerzo, lo haces con fuerza, aprietas mi pierna al escuchar un gemido profundo, al sentir que nos corremos juntos. Apoyas tu cabeza en mi hombro unos segundos, me miras y sonríes. Terminamos de vestirnos entre sonrisas, vuelvo a dar al stop, y no puedo evitar jugar con mi pelo mientras lo estoy haciendo, me das el último beso, dulce, sabrosamente dulce. Al salir del ascensor veo como los vecinos cuchichean y clavan sus miradas en mí, pero yo no puedo dejar de pensar en lo que acabada de suceder, es algo más que una simple aventura, y es que tu movimiento es como el aire, necesario para respirar, para llegar al mejor de los orgasmos.

13 comentarios:

Kristalle dijo...

Un olé por el texto!!!!!!!! Ö me encanta!

May R Ayamonte dijo...

Oh me encanto! Es genial!!!!!!!
Un beso cielo!
http://amormasalladelaunicidad.blogspot.com.es/

SMSC dijo...

Guuuau, vaya sensualidad, vaya pasión que has transmitido. Vaya textazo, sí señor!!

Juan A. dijo...

Los ascensores son una gran contribución de la técnica a la vida emocional. Me encanta.

X dijo...

Oops, ¿no había yo comentado yo aquí? Buen relato erótico, no siempre es fácil escribirlos. ;-)

http://atlantis2050.blogspot.com

Jennifer dijo...

Gran texto !!! Me ha encantada, que intensidad, que pasión. Excelente :)
jennifershaff.blogspot.com

reino de tormentas dijo...

Como siempre es un gusto leerte, amo esa intensidad que trasmiten tus textos, esa forman que te atrapan y esa pasión que demuestran. Son geniales, igual que esta entrada!. No sabia que habías cumplido años, Feliz cumpleaños! un poco atrasado, pero la intención es lo que cuenta dicen ajaj, no me pasaba hace bastante!, voy a actualizarme un poco de tu blog, y leer las entradas que me perdí. Un beso linda, que andes bien<3

Anónimo dijo...

Uuh, me encanta como escribes, de verdad. Sí, se que nunca te comento, pero es que soy un desastre, espero que me perdones jajaja
Sigue escribiendo que eres genial!
Un beso y gracias por pasarte!

Lucia dijo...

Wow es hermoso,me ha dejado sin palabras,me encanta tu forma de expresarte!
un beso.

Claudia P. dijo...

Lo q puede dar de si un ascensor :P

Melanie Zaia dijo...

terribleeeeee, me enganchó del principio al fin, super excitante !

Black Roses dijo...

Tienes un gran talento para escribir Jess, ya te lo había dicho.
Me encantó el texto.
Un beso, cuídate.

@dr_meijer dijo...

Un gran aplauso, me ha encantado