Busco alivio, un poco de calma, un consuelo, un pequeño golpe de suerte que me permita sonreír, un trocito de felicidad, reír a carcajadas aunque sea durante un minuto, una complicidad con una persona, alguien que esté a mi lado en esta maldita oscuridad.
Esta oscuridad, de la que no puedo escapar, quiero correr, huir de ella, entrar en ese lugar donde no hay espacio para ella. Lo intente, y aun sigo haciéndolo, con fuerza, a veces la desesperación se apodero de mí, me he caído tantas veces intentándolo que he perdido la cuenta, tengo tantas heridas, tantas lagrimas, pero no puedo, ella me sigue, es como mi segunda sombra, siempre me encuentra.
La oscuridad eres tú, tu recuerdo, tu maldito recuerdo, nadie entiende que no puedo más, que no puedo vivir con el, que no puedo vivir con esa tranquilidad con la que tu vives, que me siento impotente en el momento que tengo un pie fuera de la oscuridad y apareces tu. No lo haces para ayudarme a salir, a olvidar lo que siento, a ser por una vez un amigo que viene en busca de su amiga, que viene con la solución a su problema, no, tu no lo haces, vienes para meterme otra vez, y lo haces, lo consigues, y no contento, logras crear una herida profunda, que me mantiene ocupada durante un tiempo, para no querer salir, para no querer olvidar-te.
Tú, esa oscuridad, ha conseguido llevarse algo de mi, esa niña inocente, divertida, alocada, mi anterior yo. Me he cansado, no me gusta la oscuridad, no me gusta esta oscuridad, donde solo existe el recuerdo de algo vivido hace mucho, pero mucho tiempo, y ya no me gustas tú, no me pareces gracioso, no me pareces mono, no me pareces cariñoso. He comprendido todo, no me merezco esto, precisamente yo, no.
No pienso rendirme, voy a ser valiente, voy a luchar para poder sacarte, para no vivir en un recuerdo, un recuerdo absurdo, para vivir mi vida, y si es sin ti, se que será mas feliz.
- ¿Tienes miedo a la oscuridad?
- No. Tengo miedo a lo que hay en la oscuridad.
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