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09 septiembre 2011

Pablo Neruda decía: “Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, las que convierten un bostezo en una sonrisa, los que hacen latir el corazón ante las equivocaciones y los sentimientos.” Y es cierto, ¿Cómo una persona toca la felicidad sin vivir un amor? Creo que la verdadera felicidad es esa, vivir un amor, sentir sus caricias, sus besos, tener esa complicidad, esa pasión, que un día malo se convierta en un día especial gracias a una sonrisa, a una sola mirada. Esa sensación cuando le ves, nadie te la puede quitar, esas cosquillitas que sientes cuando te roza la mano. Es algo mágico, solo con pensar en el ya sonrío, y los primeros minutos son felicidad, luego me doy cuenta de que no está, de que ese amor no lo he vivido, pero tengo todas las emociones, los sentimientos como si lo hubiese vivido.  Es realmente raro, pero he tenido una relación, sin tenerla, ser amigos es lo que tiene, nuestras peleas, las reconciliaciones, caricias, miradas, abrazos, y una ruptura que no era tal. He sentido un amor sin vivirlo, pero no me arrepiento de lo que siento, no me arrepiento de nada de lo que ha pasado, de lo único que me arrepiento es de ser cobarde, de no darte ese beso que rechace, de no decirte a la cara lo que siento por miedo a lo que podía pasar. Tú eres mi mayor equivocación y a la vez mi mayor sentimiento.

1 comentario:

Marta dijo...

Precioso. Me ha encantado. No tengo palabras para describirlo, es que está increíble.
Sigue así, por favor.
Un saludo desde:
http://wheneverhesmiles.blogspot.com/