Seguidores

01 abril 2011

Contigo solo puedo perder


Día soleado, mes de abril y sigues sin estar aquí. Sigo sin ver tu piel cambiando de color por el sol, sin ver la cara que pones cuando a las cinco de la tarde te molesta el sol, sin ver esos labios, sin ver tu pelo clarito. Sigo sin escuchar: “Que fresquita” refiriéndote a la cerveza mientras tienes un cigarro entre tus dedos.
Cuando el sol brilla, brillamos los dos
Era tan feliz en ese momento, aunque odiaba cuando fumabas. Recuerdo las tardes sin hacer nada, con una bolsa de pipas, con momentos llenos de risas y peleas tontas, jugando a ese juego donde siempre hay uno que se quema, pero no importaba, todo era diversión, no pensaba en lo que podía pasar y en lo que paso. Esa época me encantaba porque pasábamos las tardes haciendo tonterías sin importarnos el qué dirán al vernos toda una tarde en el mismo parque.
Ese pulso que jugué porque quise lo perdí, yo nunca me podre alejar de ti
Ha pasado tiempo desde entonces. Ya nada es lo mismo, ahora solo hay 3 minutos divertidos y lo demás son reproches y lo peor de todo, sin reconciliación. Solo hacemos uso del olvido o del no-olvido y seguimos siendo hipócritas pensando que el tiempo todo lo cura, sin hacer nada para cambiarlo.
Y yo como tonta triste, vacía, sola, porque cada día se hace más duro que no estés aquí y se hace más larga la lista de cosas que echo de menos. ¿Sera así siempre? ¿Algún día parara?
Aunque alguien me advirtió nunca dije que no y ahora tengo que esconder las heridas
Quiera saber ¿cuándo pasaremos un año entero juntos? Está bien, estará lleno de momentos duros, pero seguro que también habrá momentos fantásticos, que harán que por unas horas pueda ser feliz, sin pensar en el mañana, sin mirar el reloj, sintiéndome como una niña pequeña a tu lado y poder decirme que no me importa sentirme mal tras una discusión sin con eso tengo la certeza de que si quiero verte, ahí estarás, que si quiero hablar contigo, no necesitare un teléfono para hacerlo.
Creo que no pido mucho, verte una vez a la semana o poder hablar contigo de mis problemas, de los tuyos, o de cualquier cosa, aunque sea insignificante, pero poder hacerlo contigo.

1 comentario:

Claudia P. dijo...

Me siento bastante identificada cn este texto: yo tb adoraba las tardes en las q no se hacía nada, xo tenías con quien compartirlas, y sólo por eso ya merecen ser recordadas. y ahora las echo tanto de menos...

de todas las épocas debemos aprender: a disfrutarlas, a aprovecharlas, a aprender... aunque sea en soledad. ánimo!

Gracias por pasarte por mi blog y comentar, volveré por aquí si no te importa :)