Hoy estoy muy cansada para seguir.

No lo intentes, olvídate de esa idea, no digas que yo soy la culpable, no te atrevas. Yo no tengo que pedir perdón, no tengo que arrastrarme para conseguir un: “te perdono”.

Por fin he comprendido que yo soy la que actué bien, me preocupe por ti, en tus momentos duros, te perdone todo sin escuchar un perdón o un lo siento. Entendí tus desprecios por lo que estabas pasando y más aun los entendí cuando lo habías pasado. Comprendí todo lo que hacías, todo lo que me hacías e intente perdonar tu comportamiento, intente no reprochártelo jamás, y aunque no lo conseguí, jamás de abandone, siempre a tu lado, apoyándote, ayudándote y queriéndote.

Siempre fui esa amiga que nunca tuvo miedo a perderte por decirte en lo que te equivocabas, decirte lo que estabas haciendo, no riéndome viendo como destrozabas tu vida a base de pastillas, rayas, alcohol y porros.

Pero estoy cansada de luchar para que seas mejor, seas ese amigo que se espera de ti, que seas agradecido, que sepas valorar a esas personas que están a tu lado pese a todo lo que haces o dices, y dejes de lado a la gente que en tu peor momento te dejo tirado como una colilla. Algo que jamás te perdonare, que a esa gente les trates mejor que a mí.

He comprendido que yo no soy la culpable de que tú seas así, de que seas un desagradecido, incapaz de valorar lo que tiene. No he hecho nada malo para recibir ese trato.

A ti no se te puede querer, no podemos mostrarte ningún sentimiento positivo, porque cuando notas que alguien se acerca a esa parte que no quieres volver a mostrar, les haces daño hasta que se alejan, y conmigo no lo habías conseguido, yo una cabezona nata no quería que te salieras con la tuya.

Nunca consentiré que digas que yo soy la culpable de que no seamos amigos. El culpable eres tú y nada más que tu. Siempre te dije que si seguías así, terminarías consiguiendo alejarme de ti, nunca te lo creíste, yo tu amiga fiel, no podía dejarte de lado. Otra vez estas equivocado. Me canse de estar siempre, de dejar mi vida de lado por solucionar la tuya y que cuando yo necesito un consejo, una distracción, un hombro donde poder llorar, nunca estés. Sigue con tu vida, con esos amigos que solo están en las buenas, que te permiten drogarte cuando estás en tu peor momento, que no te frenan cuando te pasas, cuídalos a ellos.

Mi error quererte, el tuyo, perderme